Al parecer, una gran cantidad de personas piensan o creen, que el pasto sintético es un reemplazo muy caro frente al césped natural, esto se debe por el alto coste que se tiene que realizar en un principio. Pero cuando se mide el gasto durante la vida útil de cada una de los pastos a nuestra disposición, nos damos cuenta que el césped sintético es una alternativa más barata que los naturales y el ahorro solo es económico, sino que en recursos, tiempo y mantenimiento.
Vamos a analizar cada uno de los factores que influyen en el ahorro.
En primer lugar donde más se nota el ahorro, es en el riego, ya que la cifra es considerable cada año que pasa, sobre todo en las zonas más secas del país. Aparte del ahorro monetario, estamos preservando un recurso precioso, que es particularmente escaso en las estaciones de verano.
Por otro lado el mantenimiento, en este apartado influyen varios factores en el ahorro de dinero, tiempo y esfuerzo. Esto se debe a que el pasto sintético apenas necesita mantenimiento, por no decir ninguno. Mientras que el pasto natural necesita ser segado todas las semanas, abonado de vez en cuando, regado todos los días sobre todo en verano, y tiene que ser reparado cada vez que aparecen calvas o muere alguna zona, con el consecuente esfuerzo y maquinaria que se precisa.
Por último la estética y sensación que ofrecen, gracias a los nuevos avances en la fabricación de pasto artificial, podemos decir que este se asemeja mucho al natural, de echo los mejores cuestan mucho distinguirlos de los naturales, por su tacto y sensación que ofrecen al pisar, estos pastos sintéticos de última generación se amortizan en apenas un par de años y no nos roban ni tiempo ni dinero en su cuidado y mantenimiento, son todo ventajas.